domingo, 6 de diciembre de 2009

Un clásico


Después de mirar en la tele la sesión preparatoria en Diputados, el jueves 3 de diciembre, me vino a la memoria un fragmento del capítulo III de El 18 de Brumario de Luis Bonaparte, un clásico de K. Marx, publicado en 1852. Aquí va.

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“El período que tenemos ante nosotros abarca la mezcolanza más abigarrada de clamorosas contradicciones constitucionales que conspiran abiertamente contra la Constitución, revolucionarios que confiesan abiertamente ser constitucionales, una Asamblea Nacional que quiere ser omnipotente y no deja de ser ni un solo momento parlamentaria; una Montaña que encuentra su misión en la resignación y frena los golpes de sus derrotas presentes con la profecía de sus victorias futuras; monárquicos que son los patres conscripti de la república y se ven obligados por la situación a mantener en el extranjero las dinastías reales en pugna, de que son partidarios, y sostener en Francia la república, a la que odian; un poder ejecutivo que se encuentra en su misma debilidad su fuerza, y su respetabilidad en el desprecio que inspira; una república que no es más que la infamia combinada de dos monarquías, la de la Restauración [aristocracia terrateniente] y la de Julio [burguesías financiera e industrial], con una etiqueta imperial, alianzas cuya primera cláusula es la separación; luchas cuya primera ley es la indecisión; en nombre de la calma una agitación desenfrenada y vacua; en nombre de la revolución los más solemnes sermones en favor de la tranquilidad; pasiones sin verdad; verdades sin pasión; héroes sin hazañas heroicas; historia sin acontecimientos, un proceso cuya única fuerza propulsora parece ser el calendario, fatigoso por la sempiterna repetición de tensiones y relajamientos; antagonismos que sólo parecen exaltarse periódicamente para embotarse y decaer, sin poder resolverse; esfuerzos pretenciosamente ostentados y espantosos burgueses ante el peligro del fin del mundo y al mismo tiempo los salvadores de éste tejiendo las más mezquinas intrigas y comedias palaciegas [...] Hombres y acontecimientos aparecen como un Schlemihl a la inversa, como sombras que han perdido sus cuerpos. La misma revolución paraliza a sus propios portadores y sólo dota de violencia pasional a sus adversarios. Y cuando, por fin, aparece el «espectro rojo», constantemente evocado y conjurado por los contrarrevolucionarios, no aparece tocado con el gorro frigio de la anarquía, sino vistiendo el uniforme del orden, con zaragüelles rojos”.

jueves, 1 de octubre de 2009

NOTHIN' (NADA)

Un clásico de Townes Van Zandt: Nothin'. Encontré en Youtube una versión súper original (en un concierto privado), y otra versión -excelente- interpretada por su hijo, T.J. Van Zandt. Añadí traducción de la letra (bien literal y a las apuradas). Que las disfruten.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Meditaciones en una emergencia


Otro de O'Hara, después de un receso forzado por la gripe y fallas en la recaptación de serotonina. Para leer el poema, hagan click sobre la imagen, plis.

sábado, 11 de abril de 2009

Un poema tranquilo


Cuando la música está lo suficientemente lejos el párpado no se mueve muy seguido

y las cosas están quietas como la lavanda sin aliento ni réplica distante.

Entonces la nube es arrastrada tan sutilmente por la plateada máquina voladora

que el solo pensarlo retumba increíblemente; el sonido del motor cae

como una moneda al fondo del océano y el ojo no parpadea

como cuando bajo el fuerte sol una moneda se eleva y rasga el aire cercano. Ahora,

despacio, el corazón respira la música mientras las monedas yacen en la húmeda arena amarilla.

Frank O'Hara
Trad. F. Lizárraga

martes, 31 de marzo de 2009

Lágrimas Negras

Escuché esto hace un tiempo, y no sé cómo lo olvidé. Ahora que me lo recordaron, y lo hallé en Iutiub, lo comparto. http://www.youtube.com/watch?v=TbXO4cD2TLo La versión de "Nieblas del Riachuelo" de estos dos (Bebo y Cigala) también es conmovedora.

domingo, 22 de marzo de 2009

Mi corazón


No voy a llorar todo el tiempo
ni a reírme todo el tiempo,
no prefiero una “tensión” a la otra.
Tendré la inmediatez de una mala película,
no sólo de una aburrida, sino también de los grandes
y sobreproducidos estrenos. Quiero estar
al menos tan vivo como la gente común. Y si algún
aficionado a mis rollos dice “¡Este
no es Frank!” ¡mucho mejor! Yo
no uso trajes marrones y grises todo el tiempo,
¿verdad? No. Uso camisas de trabajo en la ópera,
bastante seguido. Quiero que mis pies estén descalzos,
que mi cara esté afeitada, y que mi corazón -
nunca se puede hacer planes sobre el corazón, pero
su mejor parte, mi poesía, sigue abierta.
Frank O’Hara

lunes, 5 de enero de 2009

Una parábola kafkiana


Las Sirenas

Estas son las seductoras voces de la noche; también las Sirenas cantaban así. Sería injusto pensar que querían seducir; sabían que tenían garras y vientres estériles, y lo lamentaban a los gritos. No podían evitar que sus lamentos sonaran tan hermosos.

Franz Kafka

[Traducido al inglés por Joyce Carol Oates; al español por F.L.]